miércoles, 9 de diciembre de 2009

Marcos teoricos de nuestra investigacion : jovenes y alochol

¿Por que se bebe?

TEORIAS BIÓLOGICAS

Son muchos los estudios que se basan en el ámbito fisiológico para explicar el consumo de alcohol, empleando diferentes métodos ya sea experimentos con gemelos e investigación animal, los cuales han dado resultades verídicos de que el consumo de alcohol va unido a factores hereditarios. Asi mismo los estudios que más verifican estas conclusiones son los estudios de adopción, en los que el hijo de una pareja de alcohólico es dado de adopcion, estadísticamente tienen mas posibilidades de convertirse en un alcohólico el día de mañana. Sin embargo, los autores que defienden estas teorías también están de acuerdo en que los factores ambientales y no solo los biolgicos son muy importantes para que el alcoholismo se desarrolle.

Las teorías fisiológicas postulan una perturbación básica de la química del cuerpo, la cual lleva a un estado de deficiencia que se alivia temporalmente mediante la ingestión de alcohol. Éste puede exacerbar el estado de deficiencia, estableciéndose así un círculo vicioso: deficiencia-ingestión de alcohol-incremento de la deficiencia-ingestión de alcohol, etc.
La formulación fisiológica más importante fue la teoría de la deficiencia nutricional propuesta por Mardones y por Williams a mediados del presente siglo. En esencia, estas teorías afirmaban que algunos individuos tienen una marcada deficiencia de elementos nutricionales básicos. El consumo de alcohol aumentarían en función de la carencia de estas vitaminas esenciales. La teoría de la deficiencia nutricional como factor causal de la bebida no ha tenido demasiado apoyo de la investigación experimental.

Como hemos mencionado anteriormente, es muy notable en estas investigaciones la cuestión hereditaria en cuanto a padres alcohólicos en relación a sus hijos. Y, tras numerosos estudios en hijos de padres alchólicos, se ha llegado a la conclusión de que dichos hijos separados de sus padres en el momento posterior al nacimiento parece ser que muestran tasas más altas de alcoholismo (hasta tres o cuatro veces superior) cuando son adultos que los niños adoptados cuyos padres naturales no fueron alcohólicos. Es decir, los hijos de alcohólicos que son adoptados tienen una mayor probabilidad de convertirse en alcohólicos, lo cual sugiere la presencia de un factor genético o hereditario. Asimismo, el metabolismo del alcohol (concentración en sangre y tasa de eliminación) parece estar influenciado también por factores genéticos.


FACTORES SOCIALES

Esta teoría viene marcada por los factores macro y micro de dicha situación. Comenzaremos explicando los factores macrositucionales.
Los factores macrosituacionales vienen determinados por condiciones geográficas, económicas, culturales y por temas jurisdiccionales que no aperecen asociados al mismo hecho de consumir bebidas alcohólicas pero que influyen estrechamente en el acto. Toda cultura comporta una serie de normas que incluyen un repertorio de indicaciones y sanciones para el uso de determinadas sustancias, incluido el alcohol. Las medidas legales de mayor importancia que suele tomar un Gobierno pueden ser el control de los precios del producto por medio de impuestos y la represión en el suministro como actualmente podemos notar en España. El cese de numerosas tiendas de enclave étnico como el chino, o la supresión de compra de bebidas alcohólicas a determinadas horas de la noche. Las bebidas alcohólicas se comportan como otros productos del mercado, son sensibles a los cambios de precio y de impuestos. El incremento en el precio del alcohol parece disminuir el consumo del mismo, así como los casos de cirrosis hepáticas y las víctimas automovilísticas. Por ejemplo, se ha estudiado el efecto que tiene el descenso del precio de la bebida sobre el consumo, durante ciertas horas del día en un determinado bar, el recurso denominado happy hour (hora feliz), muy de moda en los bares frecuentados por jóvenes. Durante estas horas, el consumo medio de alcohol por persona aumenta considerablemente y el patrón de consumo se hace más continuado. Otras medidas gubernamentales, como la regulación de la edad mínima de consumo, la limitación de ventas a determinadas horas, días o locales, y la distribución controlada por monopolio estatal, no han logrado disminuir el consumo de alcohol aunque la limitación de la edad ha sido, en algunos casos, un factor asociado al decremento de problemas relacionados (cirrosis hepáticas y accidentes de tráfico en los jóvenes). También tenemos que destacar como ya hemos hecho reiteradas veces el fenómeno social de el botellón como respuesta negativa de los jóvenes a las medidas adoptadas por los Gobiernos y por los empresarios de pubs y discotecas.

Vivimos en una sociedad donde desde la precoz infancia vemos como nuestros padres se sientan diariamente a la mesa y toman bebidas alcohólicas como el vino o la cerveza. Dichas bebidas se nos muestran como algo prohibido, algo que sólo es para mayores; por lo que, cuando llegamos a la adolescencia (edad que se basa en la obsesión de tener comportamientos y actividades de mayores por ese ansia a crecer y sentirse adulto) vemos el consumo de alcohol como algo que nos va a hacer más mayores y de equívoca manera, pensamos que nos da una categoría social más elevada, aunque tengamos un pensamiento incorrecto.

Los factores microsituacionales abarcarían las condiciones ambientales y psicosociales más cercanas al consumo. El contexto concreto dentro del cual se utiliza el alcohol influye en la aparición de problemas relacionados con su abuso. El contexto concreto dentro del cual se utiliza el alcohol influye en la aparición de problemas relacionados con su abuso. En nuestra sociedad, como ya hemos comentado anteriormente describiendo la obsesión de los adolescentes por hacerse mayor, la forma de consumo típica entre los jóvenes se produce en compañía de los amigos, en lugares públicos y durante los fines de semana. Durante esta edad, la presión de los compañeros, junto con el modelado (la limitación del comportamiento de otras personas), el reconocimiento y la atención de las personas significativas, sirven a menudo para precipitar, y eventualmente mantener, la ingestión abusiva de alcohol. Los adolescentes son particularmente susceptibles a los efectos del refuerzo (en forma de aprobación social) de sus iguales. En los grupos de compañeros jóvenes, el estatus, en gran parte, se alcanza en relación a la tolerancia de grandes cantidades de alcohol. La presión de los iguales juega en los adolescentes un papel especialmente importante en la actitud de éstos hacia la bebida y en el desarrollo de patrones desviados de la conducta de beber.

FACTORES PSICOLÓGICOS.

De las muchas investigaciones realizadas sobre el estudio de la etiología del alcoholismo han tratado de identificar características de personalidad que diferencian a los alcohólicos de los no alcohólicos. Estos estudios han sugerido que ciertos factores de personalidad están asociados a un riesgo mayor de alcoholismo.
Los estudios sobre la etiología del alcoholismo tuvieron su origen en los años cuarenta del siglo pasado, cuando los estudiosos de estos temas intentaban hallar la personalidad que caracterizaba al perfil del acohólico. A pesar de todo, los intentos por encontrar una personalidad alcohólica entre las personas diagnosticadas con este trastorno han resultado infructuosos y este foco de interés ha dejado prácticamente de considerarse un objetivo viable. Los estudios sobre rasgos o características específicas de la personalidad que pudieran discriminar entre alcohólicos y no alcohólicos antes del desarrollo del alcoholismo no han obtenido, por lo general, resultados positivos.

TEORÍAS CONDUCTUALES

Dichas teorías se centran en explicar como se forma el proceso de adquisición del hábito de ingerir bebidas alcohólicas con asiduidad. No niegan que son varios los factores individuales y ambiantales que intervienen en el proceso para que la persona adopte la conducta de un bebedor complusivo.
Basan su teoría en el refuerzo. Entendemos refuerzo como el estimulo que incrementa la probabilidad de una conducta. Podemos distinguir entre refuerzos positivos o refuerzos negativos. Por un lado, los refuerzos positivos que se consiguen al consumir alcohol no solamente son farmacológicos (los efectos eufóricos y desinhibidores, por ejemplo), sino también sociales (el aumento de reconocimiento social, la aprobación por parte de los compañeros, etc.). No sólo "sentirse bien" es un reforzador, sino que el "percibir que los otros te aceptan y te perciben bien", a pesar de que la gratificación fisiológica no sea totalmente positiva, puede ser suficientemente fuerte para originar y mantener una conducta de abuso de alcohol. Por otro lado, los refuerzos negativos son aquellos como la retirada de realizar una actividad. Por ejemplo, podemos decir que los estados de ansiedad o depresión de una persona hacen que dicho individuo consumo más y mayor cantidad de alcohol.
Los factores cognoscitivos (pensamientos) pueden ser también variables críticas de reforzamiento del consumo. El impacto de los efectos antecedentes y consecuentes de la conducta de beber está mediatizado por las cogniciones, sobre todo por las expectativas de los efectos del alcohol. Las creencias y expectativas que tienen las personas acerca de lo que el alcohol les va a producir (por ejemplo, reducir la ansiedad, fortalecer la actividad social o evitar malestar emocional) pueden hacer que las personas aprendan y mantengan pautas de consumo problemáticas.
Por último, decir que los máximos exponentes de esta teoría son Albert Bandura (psicólogo ucraniano) y Nathan.


TEORIA FINAL ELEGIDA

Finalmente la teoría por la que nos hemos decantado, puesto que creemos que es la mas acorde a nuestro objeto de estudio es la teoría de los “ Factores sociales” .

Como bien se explica en el apartado anterior, esta teoría viene marcada por los factores macro y micro de dicha situación de alcoholismo. En el que el factor macro vendría determinado por condiciones geográficas, económicas, culturales y por temas jurisdiccionales, estrechamente relacionadas con el consumo de alcohol; y por otra el facto microsituacional que abarcarían las condiciones ambientales y psicosociales más cercanas al consumo.
Según hemos podido comprobar Hay diferentes estudios que demuestran la influencia
de las habilidades sociales en el consumo de drogas. Por ejemplo se constatado que los jóvenes que utilizan mas habilidades asertivas ( es decir, que dicen que no) y habilidades referidas a toma de decisiones consumen menos drogas énilegales (Barkin, Smith y DuRant, 2002). También hay estudios que apoyan el entrenamiento de habilidades sociales para el tratamiento de diferentes adicciones (Chaney y otros, 1978, Chaney, Roszell y Cummings, 1982; Marlatt y Gordon, 1980; Monti, Abrams, Binkoff y Zwick, 1986), por lo que se parte de que las personas que abusan de sustancias tienen déficit de habilidades sociales que pueden ser de dos tipos: Secundarios, que hacen referencia a falta de asertividad en situaciones relacionadas con el consumo, o primarios, problemas de habilidades sociales generales en diversas situaciones
(Trower, Yardley, Briant y Shaw, 1978). Todas estas teorías y estudios muestran la importancia de las estrategias de afrontamiento, tanto conductuales como cognitivas, en el consumo de sustancias adictivas.
Por ello es muy importante el valor explicativo de las estrategias de afrontamiento cognitivo y conductuales,entre ellas las habilidades sociales especificas a la situación de consumo y las generales a situaciones interpersonales.
Concretamente y gracias a esta teoría lo que se pretende es averiguar el peso de cada una de las variables en la explicación de la conducta de consumo de diferentes drogas,
en este caso concreto, del alcohol.

Además, con bien hemos explicado anteriormente, el contexto concreto dentro del cual se utiliza el alcohol influye en la aparición de problemas relacionados con su abuso. Durante la adolescencia, la presión de los compañeros, junto con el modelado (la limitación del comportamiento de otras personas), el reconocimiento y la atención de las personas significativas, sirven a menudo para precipitar, y eventualmente mantener, la ingestión abusiva de alcohol. Los adolescentes son particularmente susceptibles a los efectos del refuerzo (en forma de aprobación social) de sus iguales. En los grupos de compañeros jóvenes, el estatus, en gran parte, se alcanza en relación a la tolerancia de grandes cantidades de alcohol. La presión de los iguales juega en los adolescentes un papel especialmente importante en la actitud de éstos hacia la bebida y en el desarrollo de patrones desviados de la conducta de beber.

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